Y no estabas tú



Tras tu enorme simpatía se escondía un gran amigo. Quizá, fue el feeling, quizá el destino el que quería que nuestros caminos se cruzaran. Y de repente te fuiste, y de pronto no estabas tú.

En tus grandes ojos marrones se reflejaba tu gran corazón, un corazón puro que te impedía decir que no a un amigo. Por tu boca salía siempre la palabra adecuada a la situación.

Lejos quedaron partidas inacabadas de Trivial, partidos en la consola y otras tantas conversaciones que solían acabar en temas absurdos. Pero una gélida noche nos sobrecogimos, te fuiste, ya no estabas.
Entonces es cuando te das cuenta de lo que has perdido, has perdido lo más valioso.

Tu sonrisa ensalzaba tu nariz y tus mejillas, todo acrecentado por esa tez morena por la que tu nacionalidad parecía confusa.

Tu presencia levantaba el ánimo a cualquiera, convertías en héroe al hundido, en vencedor al vencido. De pronto no te teníamos, de repente no estabas tú.

No pudimos cumplir tantos sueños que nos quedaban, el destino que nos unió nos separó de repente, sin un adiós, sin una despedida acorde con la ocasión.
3 Responses
  1. Una forma muy original de describir a un compañero ;)


  2. Sobrecogedor. Un texto que se nota que está escrito desde dentro. Mucha fuerza.


  3. Muy bueno y profundo. Algunos neoguayistas también han perdido algún amigo. Seguid haciendo entradas tan buenas para que las podamos disfrutar